Dicen que “confinamiento” fue la palabra del año en el nefasto 2020 que dejamos atrás. Confinado se vio también, hace cosa de un siglo, en Zaragoza, un aficionado al estudio de las aves cuyos datos figuran entre los primeros de la ornitología de campo que se pueden rastrear en Aragón. Solo por eso ya merecería la pena un breve asomo a su vida y obra pero, además, las circunstancias que rodearon su llegada a estas tierras resultan ciertamente novelescas. Por aquel entonces se padecía también una pandemia de origen vírico, la mal llamada “gripe española” que entre 1918 y 1920 causó la muerte de unos veinte millones de personas. Pero no fueron sanitarias las razones del confinamiento de quien aquí hablamos, sino estrictamente políticas.
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