En una cálida tarde de julio de 2018 leyendo los epistolarios de Zenobia me encontré con el entrañable personaje de Belisario, un niño tierno y dulce que el matrimonio Jiménez adoraba. Durante un año, el pequeño formó parte de la vida de los Jiménez, causando su marcha un hondo pesar en sus corazones. El 27 de junio de 1944, así expresaba Zenobia en una carta dirigida a su amiga Olga Bauer su tristeza ante la reciente partida del pequeño Belisarito como cariñosamente lo llamaban: “Berlisario [Moscoso] se volvió a Bolivia y no sabes cuánto lo echamos de menos”.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados