La polarización implica una distorsión que va contra el consenso y el entendimiento, contra una convivencia civilizada y plural. Implica la demonización de los que no piensan igual. Y conspira directamente contra la empatía y el entendimiento de que se puede pensar distinto sobre la vida y el mundo, sin que ello implique necesariamente conflicto y desastre. Los polarizados se sienten en posesión de la verdad, como única verdad o verdadera verdad. Los datos no cuentan, las opiniones imponen verdades de obligado precepto.
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