Fuenlabrada, España
Elche, España
La diarrea crónica se define como el aumento en el número y/o disminución de la consistencia de las deposiciones en relación al patrón habitual de defecación. Si la duración excede dos semanas se considera diarrea crónica. Según su fisiopatología, se clasifica en osmótica, secretora, por trastorno de la motilidad e inflamatoria, aunque en la mayoría de los casos se produce un mecanismo mixto. La clasificación por edades es útil ya que orienta al tipo de patología. Es necesario realizar una buena historia clínica (con especial atención a la edad, características de las heces, evolución, curva ponderal y síntomas asociados) y exploración física con atención al estado nutricional para orientar de forma adecuada el diagnóstico. Debemos evitar realizar pruebas innecesarias, seleccionando las pruebas complementarias en función de la sospecha diagnóstica. En la mayoría de casos, será suficiente la realización de pruebas de primer nivel para llegar al diagnóstico, pero en casos seleccionados son necesarias pruebas de segundo nivel, entre las que se incluyen test no invasivos para estudio de malabsorción/mala digestión y procesos inflamatorios, y en casos muy seleccionados test invasivos como la gastrocolonoscopia. El tratamiento debe individualizarse en función de la sospecha etiológica, la edad del niño y estado nutricional. El objetivo nutricional será proporcionar un adecuado aporte de calorías y nutrientes. Es necesaria una intervención nutricional precoz, sobre todo en los pacientes con desnutrición y sospecha de malabsorción intestinal, que debe iniciarse incluso antes de completar el estudio etiológico.
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