Granada, España
Las anemias nutricionales se deben a la deficiencia de nutrientes que son necesarios para que se lleve a cabo una eritropoyesis adecuada. La deficiencia de hierro, de ácido fólico y de vitamina B₁₂ son las principales etiologías de la anemia nutricional y las causas de sus carencias son bien conocidas. La deficiencia de hierro cursa en tres fases: depleción, deficiencia sin anemia y, finalmente, deficiencia con anemia microcítica e hipocrómica, teniendo cada una de ellas unos indicadores de laboratorio que les caracteriza. Igualmente, existen indicadores para el diagnóstico de anemia megaloblástica por deficiencia de ácido fólico o vitamina B₁₂. Además de la anemia, la deficiencia de los referidos micronutrientes puede tener consecuencias negativas sobre el desarrollo psicomotor y cognitivo del niño, que puede dejar secuelas a pesar de realizar un tratamiento adecuado y revertir la anemia y sus síntomas clínicos. Además, en este capítulo se hace referencia a otros micronutrientes (elementos traza y vitaminas) cuyas carencias pueden dar lugar a anemia y a alteraciones clínicas muy diversas, ya que forman parte de enzimas o actúan como coenzimas necesarias para el metabolismo normal del organismo, por lo que su deficiencia se traducirá en la alteración de la actividad enzimática correspondiente. El espectro clínico de sus deficiencias es muy diverso, existiendo síndromes clínicos bien establecidos y situaciones en que no son bien conocidas o no se han descrito alteraciones clínicas relacionadas con tales deficiencias nutricionales por pobre ingesta o por malabsorción.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados