De unos años a esta parte, la mosca del olivo (Bactrocera oleae) se ha convertido en el principal problema sanitario del cultivo. Esta mosca ya era bien conocida en la zona sur de Navarra, pero pasaba desapercibida en los olivares de más al norte, límite para su cultivo, como son la Zona Media y Tierra Estella.
La Estación de Avisos de INTIA lleva casi 20 años monitorizando esta mosca y ha constatado el incremento de las capturas en las trampas de seguimiento, así como el aumento de los daños en las aceitunas en todas las zonas olivareras de Navarra.
La mosca del olivo genera perjuicios tanto en el volumen de producción, por la caída al suelo de la aceituna afectada, como en la calidad del aceite obtenido, procedente de frutos atacados.
La producción de aceite de oliva en Navarra supone en torno a un 0,4-0,5% del total nacional, pero es una actividad importante en nuestra comunidad que atañe a miles de personas entre propietarios de olivares, empleados de cooperativas y trujales, así como a los consumidores fieles a los aceites que se producen en esta comunidad.
Los fitosanitarios autorizados y efectivos contra esta plaga van desapareciendo del registro fitosanitario, por lo que es conveniente poner en marcha otras soluciones que coadyuven al control de este dañino insecto.
Por todo ello, en el año 2020 se puso en marcha este proyecto demostrativo sobre el control de población de mosca del olivo mediante trampeo masivo. En él han participado la sociedad pública INTIA, como entidad coordinadora, y el trujal Mendía, responsable de la producción de la mitad del aceite de oliva que se elabora en Navarra. El proyecto demuestra la viabilidad del método de control de captura y muerte de la mosca del olivo mediante trampas atrayente alimenticio en estado sólido combinado con los tratamientos fitosanitarios clásicos.
En este artículo publicamos los resultados obtenidos en dos campañas olivareras.
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