La retención y la transferencia de riesgos tienen un impacto muy considerable en el comportamiento del balance y la cuenta de resultados de un grupo. Es por ello que la dirección financiera no puede permitirse una actitud pasiva, al contrario, es altamente recomendable que participe, en concertación con los responsables de la gerencia de riesgos del grupo, en el diseño de una estrategia que tome en cuenta tanto las características de financiación del grupo como los objetivos empresariales.
Asimismo, el aplicar una metodología financiera para determinar el nivel de retención de un grupo facilita el diseño y la prueba de estrategias que permitan proteger el valor del grupo, una tarea eminentemente financiera.
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