El manejo del paciente tras la ingesta cáustica sigue siendo materia de debate. No existe un consenso claro de pauta de actuación terapéutica más allá de la estabilización inicial, esto es, garantizar la vía aérea y la estabilidad hemodinámica y asegurar el soporte nutricional (nutrición enteral y/o parenteral). Persiste la controversia desde la realización de la endoscopia digestiva alta, pasando por la colocación de sonda nasogástrica, hasta el uso de antibióticos y corticoides.
Debemos considerar siempre la posible disparidad entre la presencia o ausencia de lesiones bucofaríngeas y las lesiones esofagogástricas, y el abordaje de esta patología debe ir encaminado a preservar el esófago nativo. En este sentido, la endoscopia digestiva alta es la exploración fundamental por la información y avaluación pronostica que aporta y debe realizarse lo antes posible tras la ingesta del cáustico. De lo que no cabe duda es que la mejor intervención sanitaria es la prevención, con estrategias que incluyan programas de educación y prácticas seguías en la venta y almacenamiento de los productos cáusticos.
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