La Comisión Europea fue inicialmente concebida como un cuerpo tecnocrático e independiente, creada para salvaguardar los Tratados y defender el interés general de la UE. No obstante, su naturaleza sui generis político-administrativa, a partir de las competencias atribuidas en los Tratados, y la evolución histórica han llevado a que la Comisión adquiera un papel cada vez más político. La pregunta que se plantea es, hasta qué punto es posible y deseable una Comisión más fuerte y política. Asimismo, se aborda aquí el tema de estudio teniendo en cuenta los retos y oportunidades para España ante una Comisión Europea más política.
Análisis
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