Este artículo muestra que la actividad en que consiste el espíritu es pensar. Por tanto, nunca ‘es’ sino que ‘se hace’ a través de la reflexión sobre sí mismo. El espíritu por tanto consiste en la conciencia de sí. Este regreso a sí sólo es posible alienándose en otro y reconociéndose a sí mismo en esa alteridad. Pero esto implica a su vez quitarle la extrañeza al mundo. La vida del espíritu es entonces despojar a lo otro de su extrañeza. Cuando experimenta lo otro, se experimenta a sí mismo. Sin oscuridades o residuos, el espíritu se identifica todo y está siempre como en casa. La filosofía del espíritu de Hegel acaba por convertirse en una filosofía de la trasparencia y la familiaridad.
This article shows that the activity in which the spirit consists is thinking. Therefore, it never ‘is’ but ‘is done’ through reflection on itself. The spirit therefore consists in self-consciousness. This return to itself is only possible if it becomes alienated in the other and then it recognizes itself in that otherness. But this implies, in turn, taking away the strangeness of the world. The life of the spirit is then to deprive the other of its strangeness. When it experiences the other, it experiences itself. Without darkness or residue, the spirit identifies everything with itself and is always like at home. Hegel’s philosophy of the spirit ends up becoming a philosophy of transparency and familiarity.
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