Nayive Pino Benítez, Eva Ledesma, Liliana Martínez
Desde sus orígenes, el hombre convive con plantas: ellas le proporcionan alimento, protección e innumerables servicios con sus múltiples usos, convirtiéndose así en elementos centrales del desarrollo de la sociedad. En ese sentido, la medicina tradicional se ha practicado desde los albores de la humanidad a través de tentativas y desaciertos, es la suma total de conocimientos, técnicas y procedimientos basados en las teorías, las creencias y las experiencias indígenas de diferentes culturas sean o no explicables, utilizadas para el mantenimiento de la salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas y mentales, tal como lo menciona Akerele1.Las plantas de la familia Gesneriaceae representan un componente importante y frecuentemente colorido de los bosques neotropicales montanos lluviosos y de neblina, desde México hasta Brasil, Argentina, Chile, las Guyanas y el Caribe, pero particularmente desde el norte de Costa Rica hasta el sur de Ecuador, según Skog2, Wiehler3. La familia Gesneriaceae se encuentra representada en Colombia por 32 géneros y aproximadamente 400 especies de hierbas, arbustos, subarbustos o lianas, terrestres o epífitas, según Kvist et al4. En el departamento del Chocó éstas se encuentran representadas por 17 géneros y 95 especies regionales de todos los climas, de los cuales el género mas común es Columnea, con casi treinta especies, siguiéndole en importancia Besleriay luego Drymonia y Paradrymonia , de acuerdo a Mahecha5. En el Departamento del Chocó son usadas ampliamente en medicina tradicional como agentes desinfectantes, en afecciones renales y antiofídicas, según lo menciona Pino-Benítez6,7 y Pino y Valois8. En su composición química estas especies aquí estudiadas presentan ausencia de alcaloides y presencia de esteroides, excepto B. barclayi, y C. consanguinea contienen flavonoides Pino-Benítez7.Actualmente con el uso indiscriminado de medicamentos y tratamientos interrumpidos entre otros, las enfermedades se han ido convirtiendo en una amenaza difícil de controlar por el constante cambio genético y molecular que sufren los microorganismos con el animo de colonizar, dificultando su erradicación lo que permite la inquietante búsqueda de otros caminos como el uso de productos naturales que favorezca al control de las enfermedades.
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