Granada, España
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Madrid, España
La colisión entre el Dominio de Alborán y los paleomárgenes suribérico y norteafricano, durante el Mioceno, produjo el soterramiento de un bloque cortical (Complejo Nevado-Filabride) a más de 45 km de profundidad. En las Béticas orientales, la exhumación de este bloque se produce entre 16 y 12 Ma, con una tasas de denudación extensional de más de 10 km/Ma. Estos procesos son coetáneos, en parte, a la generación de un prisma de acrección y una cuenca sedimentaria, con una intrincada compartimentación, que dan testimonio de la partición de la deformación en un contexto de colisión fronto-lateral. Las tasas miocenas de aproximación NO-SE entre África y Europa no justifican estas velocidades de los procesos de soterramiento y exhumación. Por otra parte, las directices estructurales ponen de manifiesto importantes desplazamientos, de componente O, que son las responsables del emplazamiento final del Arco de Gibraltar. En este trabajo se presentan datos que demuestran la importancia de las zonas de transferencia, generalmente de régimen dextro, en la unión de estos loci extensionales, que producen la exhumación final del Dominio de Alborán y de parte de las unidades que constituyeron el prisma de acrección colisional.
The collision between the Alboran crustal domain and the South Iberian and North African paleomargins, during the Miocene, produced the underthrusting of a crustal block (Nevado-Filabride complex) to more than 45 km depth. The exhumation of this block took place between 16 and 12 Ma in the eastern Betics, with denudational rates of 10 km/Ma. These processes were coeval to the development of an accretionary wedge and sedimentary basins with an intricate compartmentalization that manifest the deformation partitioning in a context of oblique collision. The Miocene NW-SE convergent rates between Africa and Europe do not justify these continental subduction and exhumation rates. Furthermore, structural balancing manifests important westward displacements responsible for the final emplacement of the Gibraltar arc. Here we present data that demonstrate the importance of transfer fault zones, normally dextral, that link the different extensional loci that produced the final exhumation of the Nevado-Filabride complex and the units that formed the accretional wedge.
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