México
Este artículo examina las relaciones y los conflictos entre distintas parroquias indígenas del arzobispado de México y los respectivos curas, en una época en que las leyes de Reforma eran elevadas a rango constitucional. Durante la gestión de Sebastián Lerdo de Tejada como presidente de la República, y con el arzobispo Labastida a la cabeza de la arquidiócesis de México, el artículo destaca la apasionada participación de la feligresía para influir en la designación de sus curas, así como las irreconciliables posturas que asumen grupos de fieles antagónicos en cuanto al tipo de sacerdote que requieren. Juegan un papel destacado las cuestiones étnicas y las distintas mentalidades políticas, dentro de un periodo en el que chocan los procesos secularizadores con las mentalidades tradicionalistas y pre-reformistas; otra veta de conflicto, desde la perspectiva de los católicos, se distingue en el protestantismo, al tiempo que surge una acepción distinta del vocablo protestante y se confunde con el de contenido religioso. Un aspecto relevante de esta investigación es el hacer ver cómo en las disputas parroquiales se forma un juego triangular de actores entre el clero, la feligresía y algunos funcionarios civiles menores, lo que parece desmentir el objetivo liberal de independencia entre Iglesia y Estado.
This article examines the relations and conflicts between various indigenous parishes and their parish priests in the Archbishopric of Mexico in the period when the Reform Laws (Leyes de Reforma) achieved constitutional status under President Sebastián Lerdo de Tejada with Archbishop Labastida leading the Archbishopric of Mexico. The analysis highlights the passionate participation of congregations as they sought to influence the designation of local priests, and the often irreconcilable postures of antagonistic groups of believers regarding the kinds of priests they required. Two especially significant factors were ethnic issues and differing political orientations during a period in Mexican history characterized by clashes between secularizing processes and traditionalist and pre-reformist mentalities. Catholics, meanwhile, perceived an additional source of conflict: Protestantism, for at the time a distinct meaning of the term Protestant was emerging; one that became confused with the strictly religious sense of the word. One important contribution of this research is that it illustrates how parish-level disputes took the form of a triangle with the clergy, parishioners and some lesser civil functionaries at its three angles; a configuration that seems to belie the liberal objective of cementing the separation of Church and State.
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