Resumen de Displasia en liquen plano oral: relevancia, controversias y desafíos. Un “paper” de posicionamiento
Miguel Ángel González Moles, Saman Warnakulasuriya, Isabel González-Ruiz, Ángela Ayen Rodríguez, Lucía González-Ruiz, Isabel Ruiz Avila, Pablo Ramos-García
Antecedentes: Los pacientes con liquen plano oral (LPO) tienen un mayor riesgo de cáncer oral. Por esta razón, el LPO se clasifica como un desorden oral potencialmente maligno. Sin embargo, se desconoce con precision el riesgo personal (o individual). Estudios metaanalíticos recientes han informado que el LPO displásico puede transformarse en cáncer en alrededor del 6% de los casos, mientras que la tasa de transformación es menor (<1,5%) en los casos no displásicos.
La presencia de displasia epitelial se ha convertido en el indicador más potente para evaluar el riesgo de cáncer en los desórdenes orales potencialmente malignos en la práctica habitual. Sin embargo, la aceptación general de la displasia epitelial como característica histológica acompañante en el LPO está sujeta a una gran controversia. Muchos patólogos consideran la presencia de displasia como un criterio para excluir LPO cuando informan de forma rutinaria sobre esta enfermedad. Esta práctica, muy extendida entre los profesionales de la patología oral, ha resultado en la infraestimación del potencial de malignidad del LPO.
Material y Métodos: Se realizó una revisión de la literatura con el fin de analizar críticamente la relevancia, controversias y desafíos encontrados en el diagnóstico de displasia epitelial en LPO.
Resultados: Se han publicado 12 estudios que examinan los cambios displásicos en LPO, reportando cifras que oscilan entre el 0,54% y el 25% de los casos con displasia en la primera biopsia diagnóstica. El diagnóstico de displasia en el LPO plantea una dificultad adicional debido a que el epitelio oral afectado per se desarrolla cambios relacionados con la agresión autoinmune. Entre las características histológicas más frecuentes del LPO que desarrolla displasia se encuentran la hiperplasia de células basales con apariencia basaloide, pérdida de polaridad de las células basales, pleomorfismo celular y nuclear, y estratificación irregular.
Conclusión: La displasia epitelial no debe considerarse un criterio de exclusión para LPO; su evaluación requiere patólogos experimentados en este campo.
