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Lo viejo y lo nuevo en la vida amorosa y en las identidades sexuales

    1. [1] Psicoanalista ELP. A Coruña
  • Localización: Cuadernos de Psiquiatría comunitaria, ISSN 1578-9594, Vol. 18, Nº. 1, 2021 (Ejemplar dedicado a: Subjetividad, Discurso y Clínica), págs. 50-62
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • The old and the new in love life and sexual identities
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      En la actualidad asistimos a cambios importantes en la dinámica de la sexuación.

      El binario clásico hombre-mujer está en crisis. Las categorías se diluyen y se pluralizan las identiica-fciones de género: intersexo, andrógino, genero fluido, queer, asexual.Todo ello ejemplifica que la sexualidad humana, al contrario de la de los animales, es cualquier cosa menos “natural”. Por este motivo los humanos padecemos del sexo. La sexualidad humana no está determinada ni por la biología, ni por los instintos, ni por la necesidad de procreación. Viene determinada por las identificaciones y por el modo en que cada sujeto se encontró con ella, por el modo en el que el cuerpo quedó marcado por un goce singular. Por ello el goce es autista e imposible de colectivizar, al ser uno, singular e irrepetible, para cada ser hablante.

      El aforismo lacaniano "no hay relación sexual" signfiica que en los humanos no hay ningún saber predeterminado sobre cómo acceder al Otro o al mismo sexo. Eso es lo traumático de lo sexual, trauma que es universal.

      El amor vela el goce en juego en cada ser hablante; amor al servicio de ignorar de que se goza en quién se ama: “el amor es ciego”.

      La diversidad y permisividad de los goces particulares a las que asistimos, en las democracias occidentales, es sin duda un progreso de la civilización. Pero hemos de estar advertidos de que el ocaso de las identidades estables no excluye que la distribución sexual esté al margen de las fluctuaciones de la moda. Existe el riesgo de la recuperación normativa de la subversión sexual, de que el capitalismo la fagocite, recuperándola como mercancía, para hacer de la diversidad negocio.

    • English

      We are currently witnessing important changes in the dynamics of sexuation.

      The classic male-female binary is in crisis. The categories are diluted and gender identiications are pluralized: intersex, androgynous, luid gender, queer, asexual... All of that exempliies that human sexuality, unlike that of animals, is anything except “natural”. For this reason, as humans, we suffer from sex. Human sexuality is determined neither by biology, nor by instincts, nor by the need for procreation. It is determined by the identiications and by the way in which each subject encountered it, by the way in which the body was marked by a singular enjoyment. For this reason, enjoyment is autistic and impossible to collectivize, as it is one, singular and unrepeatable, for each speaking being.

      The Lacanian aphorism “there is no sexual relations- hip” means that in humans there is no predetermined knowledge about how to access the Other or the same sex. That is what is traumatic about the sexual, one trauma that is universal.

      Love veils the enjoyment at stake in each speaking being; love at the service of ignoring that one enjoys in the one who loves: “love is blind.” The diversity and permissiveness of the particular enjoyment that we attend, in Western democracies, is undoubtedly a progress of civilization. But we must be warned that the decline of stable identities does not exclude that sexual distribution is on the fringes of fashion luctuations. There is the risk of the normative recovery of sexual subversion, of capitalism enguling it, recovering it as a merchandise, to make business of diversity


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