José Vicente López Bao, Anna Planella, Fernando Ballesteros, Guillermo Palomero García, Juan Carlos Blanco, Carlos Nores
El seguimiento de grupos familiares de osas con crías en la Cordillera Cantábrica se lleva desarrollando de forma estandarizada desde 1989. El volumen de información acumulado a lo largo del tiempo es notable, más de 4.500 observaciones de osas con crías entre 1989 y 2018. Esta información no solo nos ha permitido constatar la recuperación de la especie en la Cordillera Cantábrica, sino que ha sido fundamental para avanzar en nuestro conocimiento sobre diferentes aspectos demográficos del oso pardo cantábrico. Por ejemplo, hemos aprendido que en la Cordillera Cantábrica, las osas tienen entre una y tres crías, con un tamaño de camada medio de 1,8 ± 0,7 oseznos para el conjunto de la población, ligeramente superior en la subpoblación occidental (1,9 ± 0,7 oseznos) que en la oriental (1,6 ± 0,6). En general, la supervivencia mensual de los oseznos es alta hasta los 16 meses de vida, con tasas de supervivencia mensuales estimadas de 0,839 a 0,994, siendo el periodo de abril a junio del primer año el más crítico para los oseznos. El infanticidio parece la principal causa de mortalidad de los oseznos. Las disrupciones familiares, que ocurren entre abril y mayo del segundo año de vida y se corresponden con el inicio de la estación de celo en la Cordillera Cantábrica, marcan una nueva etapa en la vida de nuestros osos. La información sobre casos de mortalidad de osos mayores de un año, aunque es limitada porque los datos se recogen de forma oportunista, señala al ser humano como principal causa de la muerte de nuestros osos, aspecto sobre el que necesitamos más información en un contexto de expansión territorial de la especie.
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