En el presente artículo realizamos un análisis del estado de la Serranía de Ronda desde la expulsión de los moriscos hasta el inicio del proceso repoblador. El final de la rebelión no vino con la deportación, una desafortunada operación realizada sin los efectivos suficientes en un medio poco preparado. Esta situación obligó a mantener al ejército tanto para controlar el esclavismo descontrolado de los cristianos viejos como a la población morisca refugiada en la sierra. Por el contrario, estas pretensiones no se cumplieron. Tras la retirada de las tropas, a comienzos de 1571, quedaría una serie de insuficientes presidios dispuestos por la región como fuerza militar garante de la seguridad de una zona dominada por el peligro monfí, coyuntura que heredan los primeros repobladores.
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