Madrid, España
A los políticos nadie les ha pedido nunca que sean genios, ni que sepan de todo, ni menosque no se equivoquen. Lo que se les pide es que sean decentes y que actúen conprudencia. La decencia es lo contrario de la corrupción. No insisto sobre ello, porqueahora pretendo fijarme en la segunda de esas cualidades, la prudencia.
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