Mercedes Chaman Medina, Roger Veneros Terrones, Edita Araujo Castillo, Aureliano Ramírez Cruz, Jose Hidalgo Rodríguez, S. Luis Alaya, Cynthia Ramos Otiniano
Las plantas han desarrollado varios mecanismos protectores para contrarrestar el estrés salino, uno de ellos es la acumulación de solutos compatibles como prolina y glicina betaina. Sin embargo, algunos cultivos como el tomate no acumulan glicina betaina, ante esto surge la alternativa de la aplicación exógena de estos compuestos. En este trabajo, se propuso evaluar el contenido de prolina en relación al estado hídrico en plántulas de Solanum lycopersicum var. Río Grande “tomate” pretratado con diferentes concentraciones de glicina betaina y cultivadas en diferentes niveles de salinidad. Plántulas fueron tratadas con glicina betaina a concentraciones de 0, 1 y 10 mM, y luego sometidas a cloruro de sodio: 0, 100 y 200 mM agregada esta sal a la solución de riego. Después de 10 días de tratamiento se cuantificó prolina y contenido relativo de agua. El contenido de prolina aumentó con el grado de salinidad y la aplicación de Glicina betaina 1 mM produjo un aumento significativo en NaCl 100mM.Palabras clave: prolina, glicina betaina, estrés salino, Solanum
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