Lo que hace que las propiedades difusas sean tales no es la vaguedad, sino la gradualidad. Esa gradualidad es objetiva ; hay grados de verdad que son otros tantos grados de existencia de hechos. Damos un paso adelante abrazando también grados de existencia de entes de otras índoles, como artefactos y especies. Hay una gruesa franja entre lo que es y lo que no es en absoluto, y aquellas entidades que en ella están son y no son a la vez. Distinguimos dos negaciones, "no" y "no ... En absoluto". El silogismo disyuntivo vale solo para la ultima. Así, pues, una ontología gradualista logra parar el desastroso paso final de un argumento sorítico
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