Madrid, España
Al llegar el verano del año 1192 los dos bandos estaban agotados. La situación militar era de un claro empate técnico. El rey Ricardo I de Inglaterra era incapaz de adentrarse en el interior de Palestina y de tomar Jerusalén. Por su parte, aunque lo intentó, Saladino no pudo expulsar a los cruzados de la franja costera con el mar Mediterráneo que ocupaban.
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