María del Carmen Díez González
Lugares apartados para practicar la oración recogida y ascética, que invitaran a alabar a Dios y recrearse en la contemplación de su obra: la Naturaleza, fueron siempre los escenarios preferidos por los franciscanos descalzos. Los conventos de San Onofre en La Lapa y Madre de Dios en Valverde de Leganés ocuparon dos espacios muy distintos en la Baja Extremadura, pero ambos coincidían en evocar el camino hacia la morada eterna, en los que no podía faltar el agua humilde, preciosa y absolutamente necesaria, que todo lo dulcifica y tanto alabó el Poverello de Asís.
The Barefoot Franciscans always preferred secluded places to practice intimated and ascetic prayer, which could invite everybody to praise God and to take pleasure in the contemplation of His work: Nature. Both convents, San Onofre in La Lapa and Madre de Dios in Valverde de Leganés, were settled in two very different places in Baja Extremadura, but both of them agreed about evoking the path to the eternal abode. None of them could fall short of the humble, precious and absolutely necessary water, that sweetens everything and that the Poverello of Assisi praised so much.
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