El corazón de los vertebrados ha evolucionado a partir de una estructura ancestral común y como un órgano cuya función fundamental en el sistema circulatorio es actuar como una bomba que recibe y envía la sangre a todo el cuerpo. En los peces, el corazón es más bien tubular, con cuatro segmentos en secuencia y un sentido único de dirección, siendo de circulación simple. En los anfibios y reptiles, el corazón conserva los cuatro segmentos que se dejan ver en los peces, adquiere una disposición más compleja y se adapta a una respiración pulmonar, mientras que en las aves, mamíferos y el ser humano, el corazón evidencia sólo dos segmentos, el segmento auricular y el segmento ventricular, divididos a su vez en cámaras, dos cámaras superiores, llamadas aurícula derecha y aurícula izquierda y dos inferiores, llamadas ventrículo derecho y ventrículo izquierdo.
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