Pandemia es la antítesis de ademia; lo primero es lo que afecta a todo el pueblo, lo segundo lo que a nadie afecta, extremos que vienen a tocarse, pues una buena parte de la gente se comporta de la forma más incívica posible.
Como poseído por un animismo conspirador, el nuevo tipo de hombre, el hombrecovid, se fabrica sus métodos autoprofilácticos que a modo de cinturón de seguridad supone le van a proteger de la sintaxis del contagio. En realidad este animismo huye de la muerte pero la disfruta tratando de hacerla compatible con el hedonismo escondido de la fiesta clandestina, como si burlar la autoridad para evitar la multa engañase también al virus. En fin, de semejante pandemia adémica se salvará quien pueda. Y la vuelta a la normalidad será la vuelta de la puerca lavada a su vómito, el vómito de la muerte. A menos que caiga algún milagro del cielo en la travesía de este desierto, porque el humano de aquí abajo actúa como si fuera un mal bicho cuya cepa viral resulta inerradicable.
Pandemic is the antithesis of ademic; the former affects all people, while the latter affects no one. They are extremes which meet, because a large number of people behave in the most uncivil way possible. As if possessed by a conspiratorial animism, the new type of person---Covid man---fabricates self-prophylactic method which, like a seat belt, are meant to protect one from the syntax of contagion. In reality, this animism flees from death, while actually enjoying it by attempting to make it compatible with the hidden hedonism of clandestine parties and gatherings, as if circumventing authority so to avoid a fine could also deceive the virus. In short, from such an ademic pandemic, whoever can will be saved. And the return to normality will be like a pig wallowing in its own vomit---the vomit of death---unless some miracle falls from the sky during this desert crossing, since human beings are acting as if they were an evil germ whose viral strain is ineradicable.
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