Modificación de los hábitos alimentarios del alumnado causada por la situación del COVID-19

• María Isabel Muñoz Fernández ^[1]
  1. [1] Universidad de Burgos

     Universidad de Burgos

     Burgos, España

     
• Localización: VII Jornadas de Doctorandos de la Universidad de Burgos [Recurso electrónico] / coord. por José Luis Cuesta Gómez; Joaquín A. Pacheco Bonrostro (dir.), 2021, ISBN 978-84-18465-03-1, págs. 245-254
• Idioma: español
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• Resumen

  • La Organización Mundial de la Salud proclamó el día 11 de marzo de 2020 una pandemia que ha afectado a todo el planeta. Desde entonces, el término COVID-19 ha sido utilizado por todos los sectores de la población y en consecuencia el sistema educativo ha sufrido cambios notables. El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, así lo contempla. A partir de ese momento se decretó el estado de alarma en todo el territorio español.

    La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), establece en su currículum que la alimentación saludable se estudie en las áreas de Ciencias de la Naturaleza, Lengua Extranjera: Inglés y Educación Física.

    Ahora cabe plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre cuando el profesorado imparte la asignatura de forma telemática porque los estudiantes no están presentes en el aula? El sedentarismo, unido a malos hábitos alimenticios, ha incrementado el consumo de comida rápida, zumos industriales y productos procesados. La cantidad de azúcar supera los límites establecidos por la OMS, puesto que en los adultos es 50 gramos y 30 en los niños. Habida cuenta que todos estuvimos cuatro meses confinados, las enfermedades se dispararon de forma silenciosa.

    Contraer la enfermedad COVID-19 provoca incertidumbre, pero si añadimos sufrir enfermedades coronarias, obesidad o diabetes, el riesgo de mortalidad aumenta vertiginosamente. El esfuerzo por parte de docentes y sanitarios para concienciar al alumnado y familias sobre la importancia del consumo diario de productos frescos y de temporada, basados en la dieta mediterránea, junto con la práctica del ejercicio físico, ha sido primordial. Hay que ingerir productos que aporten nutrientes al organismo para fortalecer las defensas.

    Durante el período de pandemia, el profesorado ha enviado vídeos relacionados con el tema de la alimentación saludable para trabajar en casa, así como diversos proyectos para que los estudiantes de las diferentes etapas educativas investigaran sobre estos conceptos, pero los resultados han sido escasos.

    Actualmente, contamos con un virus que está haciendo estragos en la población. Investigadores de todo el mundo trabajan sin descanso en sus laboratorios buscando la vacuna perfecta, y parece que está dando sus primeros frutos, aunque queda un largo camino por recorrer. En las aulas seguimos el protocolo de actuación que nos han enviado las autoridades sanitarias. Creemos que vamos a poder luchar contra el SARS-COV-2, que es su nombre científico, pero nos olvidamos de comer de forma adecuada, debido al estrés que tenemos en el trabajo y las responsabilidades diarias. Los malos hábitos alimenticios es otro virus silencioso que lleva varios años entre nosotros y se cobra cada año miles de víctimas.

    Confiamos que la octava ley educativa denominada LOMLOE se acuerde de la importancia de la alimentación saludable y del deporte para que haga más hincapié en cada una de las diferentes asignaturas de cara al nuevo currículum. Esta nueva ley pretende corregir las carencias de las leyes anteriores. Por tanto, sería conveniente que se tomara conciencia sobre este aspecto y se colocara en un lugar primordial la salud de los ciudadanos. Edward Smith- Stanley relató que aquellos que piensan que no tienen tiempo para una comer saludable, enseguida encontrarán tiempo para la enfermedad.