Pablo Prieto González, Jaromir Sedlacek
Verificar qué metodología es más eficaz en la mejora de variables antropométricas y de fuerza: un entrenamiento con peso libre, con máquinas de musculación o con autocargas. 33 estudiantes universitarios varones realizaron un entrenamiento de fuerza dos veces por semana, durante ocho semanas, divididos en tres grupos de entrenamiento: autocargas (GEAC), máquinas de musculación (GEMM) y peso libre (GEPL). Se evaluaron las siguientes variables: índice de masa corporal (IMC), tejido magro (TM), porcentaje de grasa (% grasa), sentadilla con salto (SS), sentadilla con contramovimiento (SCM), press banca (PB), sentadilla (SQ), fuerza máxima relativa en press banca (FMR PB) y fuerza máxima relativa en sentadilla (FMR SQ). No se registraron mejoras significativas en las variables antropométricas y de fuerza en el GEAC. En el GEMM se produjeron mejoras significativas en el % grasa y en los niveles de fuerza, mientras que en el GEPL hubo mejoras significativas en el % grasa, en el TM y en los niveles de fuerza. Asimismo, el GEPL obtuvo mejoras significativas con respecto al GEMM en los siguientes test: SS, PB, SQ, FMR PB y FMR SQ. Un entrenamiento de fuerza de ocho semanas aplicado a varones en edad universitaria fue más eficaz a la hora de incrementar la fuerza y el tejido magro al realizarlo con peso libre que al efectuarlo con máquinas de musculación. La utilización de autocargas no generó mejoras cineantropométricas ni de fuerza. Sin embargo, en este último caso, no se puede descartar totalmente que la ausencia de adaptaciones se deba a las dificultades para cuantificar la intensidad de la carga.
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