Santiago Carbó Valverde, Francisco Rodríguez Fernández
Las pruebas de esfuerzo a la banca realizadas por las autoridades europeas y publicadas el pasado 30 de julio mostraron que el sector bancario español presenta una elevada resiliencia ante escenarios adversos, incluso aunque los contemplados para España se encontraran entre los más duros del conjunto de la eurozona.
Una apreciación general de estos ejercicios es que, aunque la banca española parte de niveles de solvencia más reducidos que el promedio europeo, el impacto final sobre su ratio de capital de primera categoría (CET1) es menor. En todo caso, la transición hacia un entorno regulatorio aún más exigente de solvencia (con la aplicación, entre otros, de los colchones de capital del Pilar 2) augura que en los próximos años las instituciones bancarias españolas tendrán que continuar con el reforzamiento de sus recursos propios. Asimismo, en las pruebas de esfuerzo del futuro se incluirán exigencias sobre blanqueo de dinero y fraude y, progresivamente, sobre financiación sostenible. A estas presiones regulatorias hay que añadir la prolongación de un entorno monetario extremadamente flexible que no resulta favorable para los márgenes bancarios. Por otro lado, el proceso de cambio tecnológico y la creciente sensibilidad en cuestiones relativas al negocio bancario imponen la necesidad de redoblar los esfuerzos para cuidar y fomentar su imagen social.
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