La eficacia de los stents liberadores de fármacos medida por la pérdida tardía de luz, el porcentaje de volumen neointimal, la reestenosis, la revascularización de la lesión tratada y los eventos cardíacos mayores es significativamente mejor que la de los stents convencionales. La incidencia de la trombosis y aneurismas coronarios es similar. Aunque hay un ligero aumento no significativo de las aposiciones incompletas tardías, éstas no conducen a un aumento de los eventos clínicos. A pesar de diferentes argumentaciones contra su uso sistemático, en la actualidad sólo los costes limitan su uso generalizado
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