El artículo presenta los ejes fundamentales de la crítica desarrollada por Franz Hinkelammert a la razón utópica y su concepción del sujeto viviente como ausencia que grita. La Modernidad ha sometido a secularización la promesa del cielo en la tierra. Las utopías son, en este sentido, proyecciones de conceptos abstractos a los que, paradójicamente, se concibe como alcanzables empíricamente. La crítica de Hinkelammert no se realiza en contra de la propensión utópica de la humanidad, que es una de sus dimensiones constitutivas, sino que se dirige hacia esa “ilusión trascendental”. Por su parte, el sujeto es una fuerza de resistencia frente a la irracionalidad de la sociedad actual; la formulación positiva de sus demandas constituye el bien común.
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