Numerosos delitos contra la propiedad tienen como objetivo final las joyas. Su alta cotización les confiere ser un botín muy apreciado. En los casos que, como consecuencia de una eficaz actuación policial, son recuperadas, se plantea el problema de su identificación. Los juzgados de instrucción poseen en depósito joyas no identificadas y, por dicho motivo, no han podido ser restituidas a sus legítimos propietarios.
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