Durante veintisiete meses de la guerra civil, Madrid, capital de España, se vio sometida a un cruel asedio. En el transcurso de ese largo periodo, la ciudad seguía latiendo viva. Sus habitantes iban al trabajo, los niños a la escuela y los refugiados se alojaban donde podían, huyendo del frente de la batalla. Las bombas caían, la gente moría, sus familiares y amigos lloraban su pérdida, pero una vez restablecida la calma, los cafés volvían a llenarse. En esa época, a la música de una canción popular, recogida por Federico García Lorca en su Colección de Canciones Populares Españolas, Los cuatro muleros, le pusieron una letra que decía en sus versos: "Madrid ¡que bien resistes! / mamita mía los bombardeos, los bombardeos". De aquí ha sacado Javier Marqueríe el título para su trabajo de refotografía Madrid qué bien resistes. Una obre emocionante que no les dejará indiferentes.
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