El futuro de la actividad turística en España pasa por garantizar la máxima supervivencia empresarial a corto plazo, priorizando la vacunación, extendiendo el esquema de los ERTE hasta finales de año, dando apoyo financiero con ayudas directas a las empresas solventes y valorando la posibilidad de establecer quitas parciales para mitigar el riesgo del elevado endeudamiento. Superado este reto, a largo plazo, el futuro del sector turístico español depende de su capacidad de articular una estrategia de regeneración de la propuesta de valor de los destinos turísticos españoles del Mediterráneo y las islas acordes con los retos del siglo XXI, ante la oportunidad única que introducen de forma excepcional los fondos europeos Next Generation.
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