María Grandal Bouza, Mercedes Pizarro
El impacto de la crisis ha sido mitigado por las políticas económicas adoptadas, si bien ha sido asimétrico por sectores y regiones y muy condicionado al tamaño de las empresas.
Es preciso aprovechar las oportunidades derivadas de la crisis para transformar nuestro modelo productivo e implementar las reformas estructurales esenciales para lograr un crecimiento sostenible, mejorar la competitividad de la economía española y de sus empresas, así como para reforzar la capacidad de adaptación a los cambios. Los fondos europeos pueden jugar un importante papel en esta transformación si se gestionan de una manera adecuada y eficiente.
Las crisis son catalizadores de tendencias. La actual ha situado la salud en primer plano en la agenda política y empresarial, así como puesto el foco en la gestión de los recursos humanos, la digitalización, la transición energética y medioambiental y la reestructuración de las cadenas de valor y suministro internacionales, entre otros.
En este contexto las empresas tienen que ganar tamaño e impulsar sus procesos de digitalización y transformación ecológica. Los poderes públicos deben acometer las reformas necesarias en materia laboral, de pensiones, educativa y de unidad de mercado.
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