Durante la Colonia, en el estado de México los aspirantes a abogado debían sustentar un examen ante la Audiencia para obtener el grado. Ya en la época independiente, la pérdida de la ciudad de México y el paso de la Audiencia de México al ámbito estatal significó una oportunidad para regular los estudios de la abogacía. Un decreto que contemplaba el examen de titulación ante el Supremo Tribunal de Justicia, otro por el que se exigía un nuevo examen ante tres letrados designados por el gobernador, y uno más que describía las materias teóricas y prácticas que debían cursarse, son expuestos a través de casos reales para descubrir que la aplicación de exámenes por el Poder Judicial, fomentó el arbitrio judicial.
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