La pandemia del coronavirus ha enseñado lecciones tan relevantes como apreciar la importancia del trabajo “esencial” que realiza una clase trabajadora precarizada y despreciada, comprender la relevancia crucial de la sanidad pública y los cuidados en nuestras vidas, o estimar que somos una especie frágil y dependiente de los demás y de una naturaleza de la que formamos parte. El sufrimiento, enfermedad y muerte masivos creados por el coronavirus, no solo constituyen un enorme problema de salud pública, sino que la pandemia es un “catalizador” que amplifica y extiende desigualdades, a su vez generadoras de una multiplicidad de epidemias sociales interrelacionadas. Este artículo explica por qué las principales causas que configuran la salud colectiva son socio-políticas, describe sus efectos sobre la inequidad, muestra por qué la desigualdad social ha generado una “pandemia de desigualdad”, analiza las limitaciones de la gestión política realizada durante la pandemia, explicita por qué es fundamental disponer de una “vacuna social” que pueda hacer frente a la desigualdad de salud y, finalmente, muestra por qué nuestro peor “virus” es el capitalismo neoliberal.
The coronavirus pandemic has taught such relevant lessons as appreciating the importance of the “essential” work carried out by a precarious and despised working class, understanding the crucial relevance of public health and care in our lives, or estimating that we are a fragile species and dependent on others and on a nature of which we are a part. The massive suffering, illness and death created by the coronavirus not only constitute a huge public health problem, but the pandemic is a “catalyst” that amplifies and spreads inequalities, in turn generating a multiplicity of interrelated social epidemics. This article explains why the main causes that make up collective health are socio-political, describes their effects on inequity, shows why social inequality has generated a “pandemic of inequality”, analyzes the limitations of the political management carried out during the pandemic, explains why it is essential to have a “social vaccine” that can address health inequality and, finally, shows why our worst “virus” is neoliberal capitalism.
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