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Erwin Wurm. Este no es un texto de un minuto

  • Autores: Rosa Olivares
  • Localización: Exit: imagen y cultura, ISSN 1577-2721, Nº. 13 (Febrero-Abril), 2004 (Ejemplar dedicado a: Sentido del humor), págs. 72-93
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Parece cada vez más fácil: escribes unas instrucciones (mantente a la pata coja con una escoba bajo el brazo y un plátano en la boca durante un minuto sin caerte; sujeta el cuerpo sobre bolas de goma durante un minuto sin tocar el suelo¿) y ya tienes una escultura viva, ¿es una escultura o es una performance? Pero, si el galerista o su asistente te hace una foto durante ese minuto de inestabilidad artística, ya tienes una foto, que si se la envías al artista (y pagas una mínima tarifa, en torno a los 100 euros) te la devolverá firmada y ya tienes una obra de arte, un Wurm. ¿Parece fácil? En esos momentos quien esto escribe desearía ser artista y hacer un texto de un minuto; por ejemplo que cada lector escribiera algo y con todos los textos hacer un catálogo. Aunque seguramente todos los lectores querrían tener un texto que se pudiera leer en un sólo minuto. En cualquier caso, sería maravilloso hacer un texto en un minuto. Pero es mucho más difícil de lo que uno se puede imaginar. Hace falta algo que la mayoría, que yo, no tengo. Tal vez ser original, ser brillante, ser un artista.

      Con el trabajo de Wurm llegamos a un punto reconocible en la apreciación artística: parece tan fácil que se puede pensar que realmente es fácil, simple. Como gran parte de la abstracción, como gran parte de la historia del conceptual, como prácticamente todo el performance, como la mayoría de la fotografía actual¿. Como todo lo que pocos saben realmente hacer. La dificultad de la creación no está solamente en la manufactura, y eso es algo que ya hemos aprendido hace tiempo. La gran dificultad está en las ideas, en conseguir hacer algo más, dar un paso aunque sea pequeño y ni siquiera necesariamente hacia delante, con darlo hacia algún sitio ya vale. Algo tan sencillo y que, sin embargo, tan pocos dan.

      Uno de estos personajes que viven en el arte como si estuvieran en un continuo movimiento, investigando, utilizando todo lo que encuentran y consiguiendo que todo lo que tocan se impregne automáticamente de su estilo y personalidad es Erwin Wurm. Si el mismo se define como escultor, para los teóricos y críticos su trabajo podría incluirse en el arte conceptual y especialmente en la performance, aunque lo que el público conoce de su trabajo es en su gran mayoría fotografías, algún vídeo y rara vez bocetos o dibujos explicativos. Es el pensamiento y no solamente la acción lo que origina el trabajo de Wurm, la idea de analizar la duración del tiempo artístico, la sensación de dónde empieza y dónde termina una forma artística. No cabe duda de que su obra performativa tiene unos orígenes muy claros y que en el conceptual está el origen directo de su trabajo. "Mi exploración de la línea divisoria entre la escultura y el peformance me ha ayudado a ampliar aún más mi concepto flexible de lo que es una escultura. La ejecución y el resultado de las One Minute Sculptures (esculturas de un minuto) es un producto típico de mi concepto: la posibilidad de probar esculturas en pensamiento y acción y, en caso necesario, reproducirlas siguiendo instrucciones escritas o dibujadas".

      Los límites de los lenguajes artísticos se están borrando a gran velocidad. Naturalmente, esto no es una obligación y cada cual puede hacer lo que quiera y además no hacer otra cosa. Pero la realidad es que hoy cuando hablamos de pintura o de fotografía, de escultura o de performance o de vídeo, hay un terreno común cada vez más amplio. Es cierto que las características de cada uno de estos lenguajes son muy peculiares y diferentes a los otros, pero también es cierto que algunos artistas singulares consiguen transitar de un territorio a otro sin alterar sus conceptos, enriqueciendo su propio vocabulario y desarrollando cada uno de los campos de una forma muy especial e innovadora. También es cierto que cada vez más se desarrolla un territorio común para todos estos lenguajes de origen diferente, de características diversas pero que cada día se alimentan de las mismas y comunes fuentes. El trabajo de Wurm, a pesar de su aparente sencillez y de su supuesta falta de cuidado formal reúne una gran cantidad de pistas para entender el arte actual. Tiene en su propia estructura elementos de tradiciones plásticas centradas en la modernidad y contemporaneidad, alimentándolas y desarrollándolas desde planteamientos actuales en los que la introducción de la fotografía y el vídeo son sólo dos aspectos más entre otros muchos.

      Posiblemente la influencia directa más evidente se puede encontrar en el trabajo de Franz Erhard Walter, a quien le dedica una pieza en su habitual línea, esa que separa la seriedad del humor (Make your own Franz Erhard Walter, 2001, consiste en rodearse el cuerpo y la cabeza con una silla plegable de tela, siguiendo unas instrucciones previamente dibujadas). Pero hay que ir un poco más hacia atrás y, cómo no, llegar hasta Marcel Duchamp, sin duda el pionero, (seguido inmediatamente por otros muchos, entre ellos Man Ray e incluso Pablo Picasso), en colocar el objeto en el lugar de la escultura, sustituyéndola y expandiendo sus márgenes de una forma imprevisible, que posteriormente el readymade socializó haciéndonos creer que podía ser de todos. Algo similar está en la raíz de muchas de las obras de Wurm: la obra de arte podemos hacerla todos, sólo hace falta seguir unas simples instrucciones; a veces incluso sin instrucciones; la obra de arte se puede hacer con cualquier cosa, con basura, con ropa, con artículos domésticos, con patatas fritas y pepinillos. A la pregunta de cuánto dura una escultura, Wurm contesta que con un minuto puede ser suficiente (según el propio Wurm, "a causa de mi desconfianza hacia las formas fijas y definidas, mi obra evoca continuamente las siguientes preguntas: ¿Cuánto dura un objeto? ¿En qué momento se convierte en performance? ¿En qué momento se convierte una acción en escultura?"), a la pregunta de cuánto dura una obra de arte, la respuesta es más complicada: las esculturas de un minuto se convierten en obras estables temporalmente gracias a su conversión en fotografías. Y lo mismo sucede con el carácter performativo de sus acciones, convertidas en obras de arte objetuales por obra y arte de la técnica fotográfica y de esa necesidad que inevitablemente acompaña a la obra de arte de que su contemplación y perdurabilidad pueda ser real el mayor tiempo posible.


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