Claudio Esteva: entre el humanismo y la ciencia

• Autores: Santiago Genovés
• Localización: Ensayos de antropología cultural: Homenaje a Claudio Esteva-Fabregat / coord. por Joan Prat i Carós, Ángel Martínez Hernáez; Claudio Esteva Fabregat (hom.), 1996, ISBN 84-344-2204-2, págs. 28-31
• Idioma: español
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• Resumen

  • Introducción amistosa. Creo ser, de entre todos los que participan en este merecidísimo homenaje a Claudio Esteva-Fabregat, quien, atropológicamente lo conoce de más antiguo. A principios de los años cuarenta - de este siglo- estudiamos juntos en la Escuela Nacional de Antropología de México. Él, alumno brillante y tenaz. No encontrando salida adecuada profesional en la antropología de entonces, regreso a España, no sin antes acuñar esta célebre frase: «Dicen que en todas partes cuecen habas; me voy a mi tierra a que me las cuezan allí». Y a España se vino. En aquellos años del franquismo, un catalán, que se refugió en México, por más brillante que fuese, era tildado de «rojillo, violamonjas, comunista, comecuras y quemaconventos». No obstante, tenaz que siempre ha sido - su otra gran cualidad-, y no sino años después de haber pasado muchas penurias, le dieron la dirección del Museo de las Américas en Madrid. No fue, pienso, premio alguno sino, más bien, un castigo: ¡los archivos del Museo se habían quemado! ¡Menudo paquete! Claudio ha venido a México varias veces y siempre nos hemos visto. Yo también le he visitado muchas veces en España. A instancias de Claudio di, en su Museo de Madrid, una conferencia, si no recuerdo mal, sobre «Posibles contactos transatlánticos antes de Cólon» (quien también era genovés); en el Instituto Superior de Ciencias de la Comunicación Social (Barcelona, 1976), hablé acerca de «El experimento Acali», organizada esta vez por Claudio en primera instancia. Así como en 1977, y en el 1er Congreso Español de Antropología (organizado por Claudio) sobre «La antropología física en México y en España» (Recuerdo que allí estaba, en primera fila, el cantante J.M.Serrat). No expreso lo anterior por mí, sino por Claudio, ya que, más allá o más acá de sus trabajos concretos, intentó y logró, siempre, que su experiencia y contactos americanos sirviesen para extenderlos a España y a Cataluña ¡Sabio Claudio!, que es, desde años ha, gloria de Cataluña y de España.