La COVID-19 ha demostrado la enorme presión que supone el impacto de una pandemia en los sistemas de salud, en los Gobiernos y en la sociedad. La lucha contra el coronavirus ha exigido a los Gobiernos ofrecer una respuesta sin precedentes tanto en su dimensión como en su complejidad. Una de las medidas más comunes que han empleado los países para hacer frente a la magnitud desproporcionada de crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha sido el despliegue de las Fuerzas Armadas. Su actuación, eficiente y versátil, ha aumentado la confianza que tiene la población en esta institución.
Cumplido ya un año del inicio de la aparición de la COVID-19, son muchas las lecciones aprendidas de la gestión de la pandemia que deben servir para reflexionar y adecuar las estructuras de respuesta para generar confianza frente a las futuras amenazas en un escenario incierto.
COVID-19 has demonstrated the pressure that the impact of a pandemic places on health systems, governments, and society. The fight against the epidemic has required governments to offer an unprecedented response in both its scale and its complexity. that Countries around the world have used the deployment of the Armed Forces to address the disproportionate magnitude of the health crisis caused by COVID-19. Its efficient and versatile performance of the Armed Forces have increased the trust that the population has in this institution.
One year after the beginning of the COVID-19 pandemic, there are many lessons learned from the management of the pandemic that should serve to reflect and adapt the response structures to generate trust in the face of future threats in an uncertain scenario.
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