Ante una situación tan delicada como la provocada por la pandemia, surge la necesidad de poner en marcha recursos que ayuden a minimizar los sentimientos y emociones negativas. Por ello nace «El Heraldo Confinado, un periódico formado por muchos redactores escolares para provocar sonrisas, sonrisas que ayudaran a calmar las mentes, sonrisas con las que evadirnos de la situación que nos envolvía, y también conseguir mantenernos unidos a familias, profesionales y alumnos. Porque no solo era importante que el alumnado no perdiese las relaciones entre ellos, también nosotros necesitábamos sentirnos cerca. Para ello, teníamos un único requisito: solo publicaríamos noticias positivas».
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