Durante la Colonia, las contradicciones entre la hacienda y las comunidades indígenas se debían a que constituían dos mundos distintos, culturalmente diferentes, imposibles de unirse, como el agua y el aceite. Las personas que vivían en una parte eran ajenas a las que habitaban en otra. De este planteamiento se han derivado dos corrientes de historiografía. La primera considera que la plata tuvo un papel determinante, pero articuló la producción y la circulación de ésta a las necesidades de la metrópoli y, por lo tanto, los efectos positivos en la economía novohispana fueron mínimos. Esta línea sostiene que el proceso generado al interior del territorio tiene una lógica distinta a la de los enclavesmineros.
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