El 21 de diciembre de 1994, apenas una semana después de que el secretario de Hacienda del gobierno del presidente Zedillo, Jaime Serra, había declarado que no se tenia contemplada devaluación alguna del peso, la comisión del Pacto para la Estabilidad y Crecimiento económico se reunió con urgencia para acordar el establecimiento de un aumento en la banda de flotación de 45 centavos con el fin de evitar que se siguieran fugando divisas y reduciéndose las reservas internacionales del país.Lo anterior trajo consigo graves consecuencias a la economía de la nación y un panorama sombrío para 1995. Entre las posibles secuelas secorre el riesgo de no cumplir los programas sociales por el probable recorte del gasto público; una disminución de las expectativas de crecimiento, lo que equivale a menos empleo y una disminución de la calidad de vida de los mexicanos ya que el salario aumentaría únicamente en 10 por ciento, mientras que la inflación podría ser de alrededor de 30 porciento; es decir, nuevamente se sacrifica el salario en aras de contener la inflación; y el alza de las tasas de interés provocará el encarecimiento del crédito, lo cual disminuye las expectativas de bienestar de la clase media.
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