Desde hace más de un año habían estado circulando en México y en el extranjero rumores de que el peso mexicano estaba sobrevaluado. Por ello resultó sorprendente su devaluación tres semanas después de la toma de posesión del nuevo presidente, el primero de diciembre; sin embargo, al ver de cerca las estadísticas de comercio, la medida resulta comprensible.En una visión retrospectiva, el primer elemento sorprendente se encuentra en el hecho de que a pesar de la falta de un grado de inversión considerable de Moody’s and Standard and Poor’s,los inversionistas norteamericanos aportaron alrededor de 35 mil millones de dólares en acciones y obligaciones durante el periodo presidencial de Salinas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados