Si tomamos como base la definición de que un plan es el conjunto de mecanismos y formas de tomar las decisiones presentes más adecuadas para incidir en el futuro; en otras palabras, un proceso continuo de toma de decisiones coherentes con objetivos concretos, se puede argumentar que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) no es estrictamente un plan, sino un listado de buenos deseos. Al PND del presente sexenio le falta precisar las acciones inmediatas, y sus requerimientos de todo tipo, particularmente políticos; tampoco menciona las limitaciones y posibles cursos de acción del entorno internacional. En este sentido, el PND se puede considerar como una guía general de política de la que presumiblemente se desprenderán los programas específicos de cada área del quehacer gubernamental. En este trabajo se analizan los lineamientos de política económica establecidos en el PND.
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