D. Viguera Elías, I. de la Iglesia Nagore, C. Toledo Gotor, Elena Domínguez Garrido, María Luisa Poch Olivé
Introducción. El síndrome de Aicardi-Goutières es una encefalopatía progresiva de inicio en el primer año de vida que condiciona retraso psicomotor, microcefalia y disfunción piramidal. Tiene una prevalencia de 1-5 de cada 10.000 recién nacidos vivos. La mayoría de los casos tiene transmisión autosómica recesiva, por alteración en siete genes implicados en el metabolismo del interferón, lo cual condiciona un aumento de sus niveles en la sangre y el líquido cefalorraquídeo, y afecta al cerebro (leucodistrofia, atrofia corticosubcortical, calcificaciones en los núcleos basales), la piel y el sistema inmunitario.
Caso clínico. Se trata de dos hermanos que presentan la variante p.Ala177Thr en homocigosis en el gen RNASEH2B; ambos progenitores, consanguíneos, son portadores. El primer hermano comenzó a los 10 meses con hipotonía axial, hipertonía de las extremidades, regresión psicomotriz y movimientos distónicos. El segundo hermano presentó desde el nacimiento tono axial bajo con hipertonía de las extremidades, a los 4 meses se hallaron calcificaciones en los núcleos lenticuloestriados mediante ecografía transfontalar y a los 6 meses inició movimientos distónicos y nistagmo intermitente. Ambos han desarrollado tetraparesia espástica y permanecen estables con 8 y 10 años, pese a las complicaciones propias del síndrome.
Conclusiones. El síndrome de Aicardi-Goutières es una entidad rara que debe tenerse presente ante situaciones que cursen con alteración del desarrollo psicomotor y calcificaciones intracraneales; destacamos la importancia del diagnóstico genético tanto para conocer el pronóstico de nuestros pacientes en función de su alteración genética como para ofrecer consejo genético a sus familias.
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