Introducción. La cirugía laparoscópica de los órganos sólidos ha ido ganando aceptación durante los últimos años. Sin embargo, la utilización del abordaje laparoscópico en las resecciones hepáticas ha sido muy limitado. En este artículo presentamos nuestra experiencia en la cirugía hepática laparoscópica, y establecemos sus indicaciones y las limitaciones técnicas que ésta conlleva.
Pacientes y método. Estudio prospectivo y descriptivo de 14 pacientes con lesiones hepáticas quísticas y sólidas tratadas por vía laparoscópica desde febrero de 2000 a marzo de 2003. La mayoría de las lesiones se localizaban en los segmentos hepáticos izquierdos o periféricos derechos (segmentos II-VI). La técnica quirúrgica incluyó neumoperitoneo con CO2, resección hepática con bisturí armónico con o sin control vascular de la tríada portal. Las piezas de resección se extrajeron de la cavidad abdominal mediante una bolsa a través de una incisión accesoria.
Resultados. Ocho pacientes presentaban lesiones quísticas y 6 lesiones sólidas (un hepatocarcinoma, una metástasis hepática de neoplasia de pulmón, una metástasis hepática de melanoma maligno, un adenoma y 2 lesiones de etiología desconocida tras el estudio diagnóstico). El tiempo quirúrgico medio fue de 149 min, el índice de conversión del 14,3% (2 pacientes), la estancia hospitalaria de 4 días; sólo se observaron complicaciones postoperatorias en un paciente con cefalea y fiebre, y en otro que presentó náuseas en el postoperatorio inmediato. La mortalidad de la serie fue del 0%.
Conclusiones. La resección hepática laparoscópica es factible y segura en casos seleccionados; sin embargo, las indicaciones quirúrgicas no deben modificarse por la introducción de esta técnica. Las lesiones más favorables son las benignas o nódulos de pequeño tamaño localizados en los segmentos II, III, IVb, V y VI.
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