La Milicia Provincial fue creada en 1734 por Felipe V para dar forma a la vieja aspiración de Felipe II de disponer de una reserva reglada bajo el control directo de la Corona.
Los treinta y tres regimientos que la integraron, como el resto de los cuerpos militares de la época, fueron dotados de sus correspondientes banderas que, además de tener su propia funcionalidad, constituían la señal de identidad de las unidades. En este contexto, la ciudad de Sevilla tuvo que organizar uno de aquellos regimientos y, de acuerdo con la normativa al respecto, dotarle de los medios necesarios para el desempeño de su servicio. Entre aquellos medios se encontraban las banderas. En el presente trabajo se exponen los procedimientos seguidos por aquellas instituciones que intervinieron en la dotación de las banderas del Regimiento de Sevilla, así como las vicisitudes que vivieron aquellas enseñas a lo largo de su periodo de existencia.
The Provincial Militia was created in 1734 by Felipe V to give shape to the old aspiration of Felipe II to have a regulated reserve under the direct control of the Crown. The thirty-three regiments that made it up, like the rest of the military corps of the time, were endowed with their corresponding flags that, in addition to having their own functionality, were the identity mark of the units. In this context, the city of Seville had to organize one of those regiments and, in accordance with the regulations in this regard, provide it with the necessary means for the performance of its service. Among those means were the flags. In the present work, the procedures followed by those institutions that intervened in the provision of the flags of the Seville Regiment are exposed, as well as the vicissitudes that those ensigns lived throughout their period of existence.
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