La igualdad real entre hombres y mujeres constituye el pilar de la democracia de este siglo XXI. no es un aspecto parcial, se trata de la mejora del modelo democrático y de la propia pervivencia de la democracia. Por tanto, es necesario más y mejor Estado para avanzar en derechos de las mujeres, como camino para lograr la igualdad entre mujeres y hombres. El estado garante ha de continuar la senda de consecución de la igualdad real que ha comenzado a transitar a pesar de los obstáculos que repetida y tozudamente se interponen en el camino. Las políticas públicas y los responsables que las dirigen y llevan a la práctica tienen, en objetivos de madurez democrática tan relevantes como este, razón justificadora suficiente para no cejar en este empeño
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