Para la optimización del rendimiento tiene una gran trascendencia la recuperación de los esfuerzos, tanto de entrenamiento como de competición, ya sea en forma de recuperación activa, estiramientos, masajes, trabajo cardiovascular a un ritmo determinado, y una adecuada alimentación y rehidratación. Un esfuerzo intenso conlleva un vaciado de las reservas energéticas, deshidratación, aumento del dolor muscular y/o fatiga psicológica. Con la aplicación de una rutina básica y adecuada de recuperación y/o regeneración, podremos alcanzar un posterior rendimiento óptimo en las sesiones siguientes, ya sean de entrenamiento y/o competición.
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