Angel Vivas, Abilio Lope (fot.)
Siempre ha visto la vida con cierta perplejidad. Desde que afirmaba que esto es un mundo absurdo que no sabe adonde va, hasta hoy, cuando habla del laberinto de tinieblas. Piensa que los años no le han traído mayor lucidez y sigue "dudando en la tarde". La cuarentena le ha encontrado en la cresta de la ola. Los jóvenes carrozas le siguen siendo fieles y las quinceañeras suben a besarle al final de sus recitales.
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