Este artículo pretende ser una breve reflexión sobre el perdón, sus implicaciones y sus dificultades. Perdonar es difícil aunque el ejemplo del amor gratuito de Dios y la espiritualidad franciscana nos abren una puerta a la esperanza. Perdonar implica necesariamente un cambio en lo más íntimo de nuestro corazón (la conversación), pero también en la persona que tiene que pedirlo. Aprovecho la ocasión para dar las gracias a la venerable Tercera Orden Franciscana de Catalunya que me ha animado y empujado a iniciar esta reflexión.
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